¿Cuál ha sido el impacto de la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de reconocer hace un año a Jerusalén como capital de Israel?
- Una decisión a contracorriente
El 6 de diciembre de 2017, Trump reconoció a Jerusalén como capital de Israel, rompiendo con décadas de la política estadounidense en Oriente Medio. Provocó la ira de los palestinos y la desaprobación de la comunidad internacional.
Trump, que se había comprometido a ser el presidente más proisraelí de la historia de Estados Unidos, ordenó preparar el traslado de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén.
Los israelíes aplaudieron una decisión que consideran un reconocimiento de una realidad histórica. De hecho el primer ministro Benjamin Netanyahu lo calificó de día "histórico".
- ¿Qué desata tantas pasiones?
El estatuto de Jerusalén es uno de los temas más espinosos del conflicto israelo-palestino.
Los palestinos reivindican Jerusalén Este, la parte palestina de la ciudad conquistada en 1967 y luego anexionada por Israel, como la capital del Estado al que aspiran. Israel proclama Jerusalén como su capital "eterna e indivisible".
La comunidad internacional considera ilegal la anexión y estima que Jerusalén Este es un territorio ocupado.
Las embajadas extranjeras están situadas fuera de la ciudad santa, la mayoría de ellas en Tel Aviv.
Los dirigentes palestinos congelaron sus relaciones con el gobierno de Trump.
- Repercusiones
La nueva embajada estadounidense abrió el 14 de mayo. Trump no asistió a la ceremonia pero estuvo representado por su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner.
La ceremonia coincidió con un baño de sangre en la Franja de Gaza, escenario de enfrentamientos entre palestinos y soldados israelíes en la barrera fronteriza. Al menos 62 palestinos murieron ese día por disparos israelíes.
Desde el comienzo, el 30 de marzo, de una movilización en la frontera, sobre todo contra el bloqueo israelí, al menos 235 palestinos murieron por disparos israelíes, la mayor parte de ellos en manifestaciones y en altercados a lo largo de la barrera de separación con el enclave. Dos soldados israelíes murieron durante este periodo.
- ¿Ejemplo a seguir?
Pocos países siguieron los pasos de Trump.
Sólo Guatemala trasladó y mantuvo su embajada en Jerusalén.
La de Paraguay, instalada en mayo, volvió a Tel Aviv cuatro meses más tarde, tras la elección del nuevo presidente Mario Abdo Benítez.
Dirigentes de Australia, Brasil o República Checa dijeron que querían trasladar sus embajadas, pero aún no lo han hecho.
- ¿Qué ha pasado desde entonces?
Las relaciones entre el gobierno de Trump y los dirigentes palestinos siguieron deteriorándose.
El cierre de la oficina de la Organización de Liberación de Palestina (OLP) en Washington, la desaparición del consulado general estadounidense para los asuntos palestinos en Jerusalén y el final de la ayuda de Estados Unidos a millones de refugiados palestinos reforzaron el rechazo a cualquier intento de mediación por parte de la administración Trump en favor de una paz con Israel.
Trump afirma por su parte que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel elimina un obstáculo en las negociaciones de paz, que llevan años congeladas.
- ¿Y en el futuro?
Los dirigentes palestinos tienen la sensación de que el traslado de la embajada estadounidense será una excepción a la que no se sumará ninguna otra gran potencia. Ellos siguen boicoteando al gobierno de Trump.
El presidente estadounidense dice estar convencido de que los palestinos acabarán volviendo a la mesa de negociaciones, y mencionó un plan de paz cuyos detalles se desconocen.